31 Volvamos a las flores que componen el prado,
que lo hacen hermoso, apuesto y templado:
las flores son los nombres que dan en el dictado
a la Virgo María, madre del Buen Criado.
32 Esta bendita Virgen es estrella llamada,
estrella de los mares y guía deseada;
es de los marineros en la cuita implorada,
porque, cuando la ven, la nave va guiada.
33 Es llamada la fuente de quien todos bebemos
y nos dio el alimento de quien todos comemos;
Ella es llamada el puerto a quien todos corremos,
y puerta por la cual nuestra entrada atendemos.
...
Gonzalo de Berceo
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